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Presentimiento De Algo Futuro

Presentimiento De Algo Futuro

Presentimiento De Algo Futuro

     Hoy quiero que dejen que estas letras los lleven a un momento único, donde un chico presencia algo no tan agradable y se las juega ...
Commentarios agosto 10, 2016

     Hoy quiero que dejen que estas letras los lleven a un momento único, donde un chico presencia algo no tan agradable y se las juega todas para cambiar así unas lágrimas por satisfacción. En este relato hace acto de presencia el destino, logrando que una chica se acurruque en los brazos de un apoyo incondicional, venido de un personaje cuyas circunstancias ameritaba su presencia en el sitio correcto. No podría adelantar más nada de este asunto, porque no estaría bien; a nadie le gusta leer una historia donde el principio se puede intuir lo que sigue en líneas futuras. Es por ello, que te oriento a que sigas estas líneas y motiva a tu mente a que esté preparado para lo que vendrá después.

     Hubo cierto día un joven, que desde que abre sus ojos y da gracias por amanecer despierto siente en su pecho un dolor, algo así como una presión. Cuando logra levantarse, el dolor se le pasa, entonces piensa que algo en el día podría ocurrirle. Es algo insólito lo que el chico vivía, no era la primera vez que sucedía, pero en esta ocasión sentía que debía salir, no sabía a donde, o para que debía salir, lo cierto es que en la mañana, el joven hace sus deberes y quehaceres de costumbre esperando que se cumpliese lo que en el dolor se le había adelantado. Sale en más de una oportunidad a los alrededores de su casa para hacer mandados, preparado por si algo sucede, pero nada pasa.El chico se hace de la vista gorda y piensa que es otra falsa alarma lo de la presión en su pecho.

     Pasan las horas y el chico desperdicia gran parte de la mañana en la televisión, los juegos y la computadora. En un momento en que el chico estaba jugando en su computadora, su madre lo llama para hacer otro mandado, él se niega porque estaba en la parte más interesante del juego, que iba después que terminara, pero ella le dice que debía ser ahorita, no para cuando él quiera. El chico después de sentirse perdedor ante la decisión de su madre accede a ir al mandado asignado. El refunfuñe desde que sale de su casa hasta la calle, va en el camino pensando en lo que podía hacer apenas llegase al juego para así poder ganar. Es tanto lo que piensa que no se percata de varios amigos que le pasan por la calle y lo saludan. Hace su mandado, felizmente apura el paso para llegar a su casa, pero en el camino sucede algo repentino, este joven cruza la calle cerca de su casa, al frente de la iglesia presencia algo que le llamó la atención y desea no haberlo visto. Al frente y no tan lejos de donde estaba el chico observa a una pareja discutiendo en plena calle, es algo que el joven aborrece y considera que no está bien hacerlo. Para cualquiera que lee esto pensará el ¿por qué el joven si observó esto y no a sus amigos cuando les paso a un lado y lo saludaron? En las líneas siguientes saciarán su sed de curiosidad. Para ese entonces el joven no habría de importarle si una pareja discute, eso no era problema de él; es más, él hace el intento de voltear y seguir su camino, pero cuando enfoca su vista a los actores de esa escena, se percata que es una amiga, una que apenas estaba conociendo y que logró platicar en más de una vez en la iglesia. Impresionado por la visión que tenía, decide quedarse en la esquina diagonal donde esa pareja discutía esperando que hacer.

     En más de una vez él se decía esto:
      -En problemas de pareja no debe existir un tercero-
     - Si me meto me puedo ganar un golpe fácilmente-
     - ¿Que gano si logro sacarla de esa situación?
    - Es mi amiga, debo defenderla de quien fuese-
    -Voy a acércame y tratar de solucionarlo de manera civilizada-

     Mientras el chico lograba elegir una de estas opciones sucede algo que deja que las frases anteriores se fuesen a la basura. El chico observa la mano del chico queriendo hacer presión del brazo derecho de la chica, aunque ella se sacude en más de una oportunidad para esquivar tal acción, éste logra su cometido, pero por pocos instantes. El joven se encamina hacia donde están los chicos para calmar la situación, pero no lo logra, ya que ambas partes disgustadas se distancian y toman rumbos diferentes. El corazón del chico lo sentía arrugado y una ira se apoderó de él, como queriendo detener a ese personaje y darle una tunda de golpes que se merece por varios motivos. En su mente quería hacer eso ya que levantarle la mano a una dama no entraba en su cabeza; segundo, por hacer un espectáculo en la calle y tercero, por hacer sentir mal a la chica que acababa de conocer. Reflexionando rápido el chico le importa más la situación con la chica que la del “…” ese; para no escribir malas palabras. Reacciona y sigue el camino de la chica pero desde la otra calle. No sabía cómo llegarle y que decirle; como apenas aparecían los lazos de amistad no tenía conocimientos del cómo podría reaccionar ella cuando éste se le presentase de frente. Es por ello, que mientras caminaba la chica en la otra calle, el chico se adelanta y logra meterse en un local para observar desde ahí. Queriendo salir el corazón del pecho del joven intuye que debía a como diera lugar hablar con ella, entonces se arma de coraje y camina por el pasillo hacia la salida. El acontecimiento que sigue, hace que el joven retrocediese unos pasos y doblar a la izquierda del pasillo para no ser visto por la chica que se adentraba al local. El chico se preguntaba el ¿Por qué después de tal situación ella quería ir a un local y hacer como si nada hubiese pasado? La chica se acerca al área de la carnicería, pide algo para llevar y después cancelarlo en la caja. Ahí es cuando el chico de tantas vueltas se le acerca a su amiga y hace el intento de saludarla. Digo que hace el intento, porque apenas ve al chico se acurruca en sus brazos, de tal modo que el joven corresponde de igual manera y le dice algunas palabras. Cuenta conmigo le decía el joven a su amiga mientras el abrazo calmaba sus lágrimas y mejoraba la situación. Él solo oye la palabra ángel y fue la que susurro de los labios de la chica. ¿Cuál sería el resto de la oración? Se preguntaba el joven en ese momento.

     Pasado esto y varios minutos se separan y conversan de la situación, el hace énfasis de que quería hacerle algo al “…” por tratarla así, pero sus dudas se lo impedían. Cuando el joven logra ver otra lágrima en el rostro de la chica, a éste se le retorna el deseo ferviente de hacerle daño al “…” pero la chica le dice que no lo haga, que no vale la pena, que era una discusión de novios y que después se solucionaría. Eso espero le dijo el joven a su amiga y le dice con tono de voz fuerte que no permita jamás que nadie le ponga una mano encima sin su consentimiento, que nadie le alce el tono de voz para gritarle y decirle cosas feas o malas; que hablando se entiende la gente y si era un problema relacional podían discutirlo como personas civilizadas en otro sitio más adecuado.

     Después de que todo esto ocurre, el chico le dice que si podía acompañarla a su casa para calmar así a su corazón y evitar que en el trayecto “ese” personaje le hiciera daño en el camino. Ella le dice que no, que está bien, le agradece estar en el momento en que se suscitaron los hechos, pero que no quería la compañía del joven. El joven un tanto afligido por la situación, acepta a regaña dientes y solo la ve partir rumbo a su destino. El chico en ningún momento apartó la mirada de la joven mientras caminaba, quería estar seguro de que mientras él estuviese cerca na malo le pasara.

     Cuando sus ojos no lograron verla más en el camino, el chico da gracias a Dios por tal acontecimiento, no por lo de la chica; sino más bien, por haber estado en ese momento. La falsa alarma se convirtió en realidad frente a sus ojos y no se percató al instante. Después de que sus pies empezaron a moverse al cabo de varios minutos, el joven emprende el retorno a casa pensando y reflexionando lo acontecido. Llega a su casa, recibe la llamada de atención de su madre por haber tardado tanto en el mandado, exigiendo por su puesto una explicación. El joven le dice que tardó mucho porque algo en el camino se presentó y debía estar ahí. La madre no entiende tal respuesta y hace del mandado la comida que en el almuerzo comerían.

     El joven después de que todo pasó, dejó a un lado las ganas de jugar, se centró en esa amiga que acababa de conocer y que había pasado por un mal trago. Solo se quedó en su casa y siguió reflexionando hasta que el sueño lo invadió y lo dejó sin pensamientos. Al cabo de varios días el chico la ve en la iglesia, la saluda con una sonrisa y un cómo está, le sale de sus labios. Él por ser caballero no le hace comentarios de lo acontecido días atrás; más bien aprovechan el tiempo para seguir conociéndose y darle rienda suelta a una amistad que se proyectaba como la mejor de las mejores.

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