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Encuentros Inesperados

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Esta es la historia de dos jóvenes que empezaron una bonita amistad a través de un encuentro repentino, no planeado por los protagoni...
Commentarios junio 09, 2015


Esta es la historia de dos jóvenes que empezaron una bonita amistad a través de un encuentro repentino, no planeado por los protagonistas, pero si planeado por el destino. Se gustaban mucho, sus sentimientos les brotaban por los poros y se notaba de lejos que si era un sentimiento de envidiar. Para llegar a ser la envidia de muchos tuvieron que pasar una serie de trabas y dificultades, desde conocerse hasta llegar a la confianza que se tienen el uno por el otro.

Todo empezó un día en la mañana, un muchacho alto, de estatura 1,77cm ojos color marrón oscuro, corpulento, de buenas intenciones, soltero, muy enamorado de la vida y de las mujeres, toma el atrevimiento de ir al colegio de unos amigos para compartir una mañana de vagancias y bromas; el chico para ingresar a dicho colegio tenía que pasar la barrera de la entrada que la custodiaba un portero no muy amistoso, de cara y carácter no atractivo, flaco y se le notaba un trasnoche increíble. Sus amigos lo esperaban afuera y planeaban el cómo hacerlo pasar, intercambiaron chemise, hacen un alboroto afuera, el chico logra entrar mientras que el portero se entretenía con la distracción planeada. Después de lograr de manera exitosa pasar esa barrera, se dispone a compartir con amigos, conoce nuevas amistades, y crea un entorno amigable. Así se pasan las horas hasta que llega el punto de partida, tanto de sus amigos como para el chico de ir a casa. En la salida dónde todos se despiden, surgió algo que lo paralizó, lo dejo turulato y anonadado. El título de esta historia se cumple; una bella y hermosa mujer se acerca a los chicos y los saluda. Esta creación perfecta de la naturaleza apareció con su uniforme, de chemise beige y pantalón azul, linda desde arriba hasta abajo, una sonrisa encantadora, un cabello hermoso y un cuerpo maravilloso. Cuando saluda al grupo, quedo él de último, por supuesto inmóvil y sin palabras; se presenta ante él, dice su bonito nombre, le da la mano y después de segundos en asimilar que lo saludó le corresponde con la mano, al darle la mano se acerca, le dice mucho gusto y sin preámbulos le planta un beso en la mejilla que le alegró la existencia al chico, motivándolo a seguir yendo para ese sitio.

Como toda historia que se acerca a la realidad, este joven va seguido a ver a su gran ilusión y no la encuentra, busca, indaga y preguntaba cómo un perdido:
- ¿Has visto a mi enamorada?
¿Saben dónde está?
¿Dónde la puedo conseguir?
Hablaba su mente y corazón:
-Quiero verla, quiero ver tu rostro hermoso.
Su sonrisa, que me deja como alma que lleva la brisa.
Así pasaron los días y nada que aparecía; el chico no dejaba de pensar en la maravillosa chica. Pasadas las semanas el enamorado decide dejar las cosas así, crea en su mente una gaveta y guarda todo tipo de sentimientos para con la joven, los archiva dónde no se vean y sea difícil de encontrar; él se conocía tanto que si seguía buscando y no encontrando, podía volverse adicción y eso no era conveniente para él, ni para nadie. Este joven tenía criterios y buena manera de pensar, hay que decir que también cometía errores como todo humano. Pero cuando cometía una falta, inmediatamente lo solucionaba para así seguir mejorando su vida.

Al cabo de un mes retorna a sus vagancias de ir a colegios, pero sin buscar lo que había guardado en su mente. Iba solo a bromear y pasarla bien. Sigue su vida como si nada hubiese golpeado su pecho y marcado el alma. Su prioridad eran los estudios, su hogar y su trabajo. El chico laboraba en un centro comercial donde la atención al cliente era lo más importante, el afianzaba sus valores en el trabajo con la sociedad. En su casa todo era paz y tranquilidad, lo difícil y en alguna ocasión muy similar a la nuestra, le tocaba salir de la burbuja en la que estaba, pasar decadencia y crisis económicas. Una cosa característica en el joven, era sus ánimos y lo hiperactivo, donde quiera que pasaba, dejaba una sonrisa o muestras de alegría que trataba en lo posible de plasmarlo en su entorno.

Se suscita el segundo encuentro como cosa predestinada del amor, este joven después de un largo tiempo y sin estar buscando algo, camina por el pasillo de un colegio y tropieza con una chica, éste al percatarse del aroma rico que dispensa de sus cabellos, reconoce inmediatamente quien es; se activa la gaveta del olvido y sale a luz los sentimientos que sin medir las consecuencias hace que el chico se asombre y quede como el primer día que la vio, impresionado e ilusionado por tal belleza. Efectivamente y después de recobrarse saluda a la chica, fluye una conversación de varios minutos, le comenta que él la andaba buscando desde hace algún tiempo y nada que la conseguía; muy gentilmente el chico le pide el número, ella accede y al cabo de varios minutos cada quien se fue a su destino. El chico muy alegre, con una sonrisa de oreja a oreja, hace sus cosas y cuando apenas llega a su casa, se acuerda de la maravillosa mañana que tuvo, saca su móvil, revisa en sus contactos, encuentra el nombre de la chica que le gustaba, le da opción y enviar mensaje. Al estar en la pantalla de crear un mensaje, el chico no sabe que escribir o no sabe cómo empezar una conversación. Él quiere decirle lo que hasta ese entonces sentía, pero sabía que debía empezar con un saludo, conocerla y si las cosas fluyen bien desahogarse sentimentalmente. Por unos minutos pensó en la chica y se dejó llevar por esos maravillosos momentos que como por arte de magia logró escribir un saludo y preguntar cómo estaba. Así empezó ese gran mensaje, la chica tardaba un poco en responder, lo que inquietaba al joven, menos mal que éste si tiene paciencia y logró esperar. Un sonido sale del bolsillo del short que cargaba, revisa entusiasmado, era su móvil y en él se encontraba la respuesta de la chica. Responde y se crea una conversación amena, empezando así a conocerse.

La confianza aumenta y deciden preguntarse el uno por el otro:
 ¿Dónde viven?
¿A qué se dedican?
¿Que si estudia o trabaja? Y demás cosas de interés mutuo.
En esas preguntas de rigor, uno de los dos se pregunta:
¿Que si es activo por otras redes sociales?
¿Que si tenía otro medio para así comunicarse?
Los mensajes eran largos y muy fácilmente se gastaba el saldo de ambos. A lo que responde la otra parte interesada:
-Si.
Ahora no sólo hablan por mensajes, también lo hacen por WhatsApp, Facebook y PIN. Juntos rompen la barrera de la timidez, creando una amistad única, es tanto así, que ellos tenían algo particular que no saben cómo se dió, pero es lo mejor que se ha producido. No es una frase, no es una canción, no es un poema, solo es una palabra: TÚ; si iniciaban cualquier conversación empezaban con esa palabra. El chico lo usaba para dos intenciones, una intención era para iniciar una plática y la otra, para camuflar sus sentimientos y vaciarlo en ese TÚ.

Las redes sociales colapsaban con los mensajes. En una ocasión se habló del perfil que tenían en Pin. Los Estados se convertían en una dedicatoria y llegando a un acuerdo saltan un escalón en la confianza y deciden mutuamente enviarse una foto actual; primero ella lo hace y éste chico al recibirla queda aún más ilusionado, como es acordado el chico manda la suya y la chica quedo encantada. Recordaron las dos veces que se habían visto y eso les trajo una sonrisa a cada uno, más que todo el chico, que tuvo que pasar una odisea para llegar hasta donde estaban en ese momento. Para llegar a enviarse una foto tuvieron que esperar un mes y algo, ya que los dos eran muy reservados.

Cuando los chicos afianzan su amistad, mantienen una comunicación amena y se transfieren bonitos sentimientos a través de los medios que conocían. Otro encuentro se presenta de una manera espontánea; el chico estaba en su lugar de trabajo y estaba atendiendo a los clientes, aparece de la nada la chica que le gustaba y que solo había visto por fotos. La reconoce y exclama:
-Es más bella que en las fotos-.
-Disculpa, ¿dijiste algo? Dice la chica.
El chico del asombro solo dice:
-Si...  Hola ¿cómo estás?
Ahí empieza una pequeña conversación en ambos. Ella obvia con quien está hasta que la acompañante le hace señas para saber quién es el chico al que le brillaban los ojos y estaba en frente de su amiga. A la final se la presenta y le dice:
-Él es TÚ, de quien te hablé-.
La chica impresionada dice:
-Mucho gusto, me han hablado muy bien de ti.
Era tanta la felicidad en ese momento que no querían alejarse ninguno de los dos. La acompañante en su lenguaje corporal le indica a la chica que deben irse. En definitiva se despiden y se dan un abrazo enorme y se sonríen los dos como dejando satisfecho a ambos corazones.

Después de haber pasado días conversando con su ilusión; de compartir mensajes agradables, enviarse hasta chistes para alegrarse un rato, dedicarse canciones románticas, el chico empieza a sentir algo más que una amistad hacia la chica; el gusto era obvio cuando se conocieron, pero a través de los medios empezaron a abrirse de corazón y a explorarse en el tema relacional. En ese justo instante y después de días meditarlo con la almohada, ese ser le hace una pregunta, un poco tarde, pero la hace en su última conversación:
- TÚ, ¿Tienes novio?
A lo que ella responde:
- Si, TÚ.
Eso fue como una espada que atravesó el corazón del chico de una manera atroz. La conversación se corta, se crea ahí un espacio de tiempo que juega con el chico. La chica inicia otra plática para dejar a un lado ese impedimento. El joven tarda en responder, no por la espada en su corazón, más bien, por meditar y entender que ya ahí no se podía hacer más que escribirse. Sabía que si seguía, iba a quedar enamorado solo y eso si era realmente feo. El chico acepta la plática y continúan cómo si nada. Al llegar la noche el chico reflexiona y decide alejarse para no hacerse daño. Comprendía que el novio se merecía respeto; por cortesía o tal vez por lo caballero que ha de ser un hombre. Si seguía esos pasos, no tardaría en que a él le pase lo mismo. El chico abandona el móvil y lo deja en su cama, se desconecta de Facebook haciendo su noche muy larga viendo en la televisión programas repetidos.

La chica al notar su ausencia hace algo que al chico lo toma por sorpresa, una nota de voz por pin hace que vibre el móvil del chico esa noche en la cama; éste no se fija por hacer otras cosas de momento. Al cabo de un buen rato, se fija un mensaje de su amada y no lo lee, dos llamadas perdidas en su móvil y ninguna desea devolver; mientras borra las notificaciones llega al instante una nota de voz por el PIN y este si lo descarga; era primera vez que se enviaban una de esas cosas. En la nota se expresa un alma noble y de hermosa voz; se escucha sollozando y apenas se le puede entender, lo que no lo permitía captar la nota impacta más al chico, un gemido de llanto aparece y destroza el corazón del chico:
-Hola TÚ, extraño que me escribas
¿Qué pasó que no le haces? Te siento distante,
Dime. ¿Acaso es esa tu reacción después de la plática de ahora?
¿Quieres alejarte? Solo dime, Quiero saber. (...silencio absoluto...)
Sabes, Me lastimas con tu ausencia, no te alejes, te quiero.
Ese te quiero lo dijo en llanto y hasta ahí termina la nota.

No sabía que escribir, era la primera vez que escucha a una dama expresarse de tal manera que hasta soltó una lágrima. El chico pensaba alejarse para no hacerse daño, sin pensar que si él se alejaba de esa manera estaba lastimando a la chica de su vida. Sus valores no le permitían hacer llorar a ninguna mujer, mucho menos a la que le gustaba y sentía cosas maravillosas. Retoma el móvil, escribe inmediatamente un mensaje, pide disculpas por cometer tal burrada, que no importa lo que pase, jamás se alejaría, que así tenga que amarrar a sus sentimientos para que no se expresan lo hacía con tal de no hacerle daño a su gran amor. La chica muy lastimada tarda en responder, el chico se desespera y manda otro mensaje indicándole que respondiera, que era capaz de hacer cualquier cosa para eliminar, si es posible y de manera permanente esas lágrimas que debían haberse corrido de sus hermosos ojos hasta su pómulo descendiendo hasta sus mejillas.
¡SI! Grita el enamorado porque recibió un pin de su ilusión.
Era ella en efecto, entendía la situación en la que el chico andaba y que le duele que la haya cortado de esa manera, sin aviso y sin chance a reaccionar. Se escriben por largo rato, ablandando su corazón y permitiendo a la razón entrar en ese entorno. Ambos chicos con la seriedad del asunto asumen la responsabilidad de mantener el trato igual de cómo lo tenían anteriormente, el único detalle es que no se podía expresar más de la cuenta. Pero como lo indica el dicho: "Quien manda en el corazón" repercute en su cabeza y que trata de mil maneras no escribir sus sentimientos para con la chica. Era difícil si, pero se debía de hacer por su propio bien y el bienestar de la relación que ella tenía.

Una y mil veces se preguntaba el chico el por qué no se hizo esa pregunta con anterioridad para así evitar ese trago amargo de no ser correspondido por esa bella dama. Ya estaba todo hecho, así que regresar el tiempo no se podía. Pasadas las semanas, el trato se mantenía porque ellos así lo querían. Se les notaba a ambos, un sentimiento mutuo, no se puede decir que era un amor, pero si podría acercarse a uno; era tanto y tan bonito que se escribían que quedaban ilusionados. Hubo un momento de tanto escribirse, el chico no aguantaba la presión de sus sentimientos oprimir al corazón y este le dijera al cerebro para que le dé a las teclas y expresar lo que sentía. Eso fue en forma de desahogo abundante:
- TÚ, desde que llegaste a mi vida, las cosas han mejorado mucho.
 Tú tienes ese no sé qué, que me encanta. Estoy sintiendo muchas cosas bonitas hacia a ti, sé que no debo decirlas, pero lo hago porque ya no aguanto la presión.
Me gustas mucho, considero que eres una chica muy bella; con cualidades únicas, una manera de expresarte que me ilusiona.
Si sigo así, me dejaras enamorado... ...
Y eso que solo es a través de este medio; no he tenido más el privilegio de verte en persona después de que fui al colegio.
Me estoy enamorando de una chica que sólo he visto dos veces. Es increíble.

La chica corresponde con muchas palabras bonitas y frases alentadoras que hacen que el chico termine ilusionado. Pero ni se acerca a lo que había dicho joven. Al notar esto el joven, entendía que por su relación no podía tener esperanzas para con ella. Cada persona espera siempre recibir lo que dá, a pesar de que hay una frase que dice lo contrario. El chico tan expresivo recibió lo que no esperaba, pero si recibió lo que le correspondía; es decir, que la chica no iba a terminar la relación de varios años por una que acaba de conocer. Podría tener juntos su palabra (TU), dedicarse cosas y demás, pero no quería terminar. El joven no esperaba ese balde de agua fría, así que desde ese momento decide nuevamente alejarse. La primera por decisiones egoístas prematuras y ahora porque ya no podía hacer más.

Nadar en contra la corriente fue lo que hizo en su primer intento. Nadó y nadó que demostró lo mejor de sí y expresó lo que nadie había hecho sentir a él. Pero todo eso fue en vano, tanto era el rechazo de la corriente que llegó una gran ola y lo llevó a esta frase que aún recuerda en la cabeza:
-Quedas náufrago en una isla-.
Después de haberse ilusionado de la chica, queda náufrago en una isla donde la soledad y la tristeza invadían su ser. Son cosas que suelen suceder en esta etapa de la vida. Sin ánimos de pedir ayuda este náufrago queda solo; en su soledad, busca respuestas en su cabeza para encontrar soluciones. Una vez pasado el tiempo cae en razón y se acuerda algo que lo había marcado de por vida, recuerda la bendita nota de pin, la parte de:
 -"No te alejes";
 El chico exclama:
-¡La metí de nuevo!
No cumplió su palabra, vuelve a lastimar a la joven y esta vez no puede remendar ese error cometido.

Los dos jóvenes después de tener una gran amistad y hasta haber sembrado la semilla del amor en su corazón, se distancian; la comunicación se acorta muy velozmente y el trato es casi nulo. El chico no desea herir más a la joven y ésta no desea saber más de él. Cada quien coloca en su memoria cosas nuevas y de interés, cubriendo por completo lo que un día existió. El chico continúa su vida trabajando, cumpliendo su rol en casa y siendo un estudiante más en la universidad. La sonrisa del chico solo era vista cuando se reunía con sus amigos en alguna casa y la pasaban bien, del resto se mantenía serio y más con cosas del corazón.

-La vida sigue- decía el joven y cumple ese dicho. Es lamentable lo que pasó, pero la vida es una sola y hay que vivirla. "El vino entre más añejo es más bueno". Como la semilla fue plantada en ambos corazones, con el tiempo, tuvo que haber nacido un viñedo y obtenido frutos. La primera etapa se cumplió cuando se conocieron. La segunda etapa le corresponde a la gran amistad formada; y por último ese bonito sentimiento creado en ambos, obteniendo así las uvas más ricas y el vino más exquisito. "Lo que es del cura, va pa' iglesia", si ellos algún día han de estar juntos, así pasen días, semanas o años ese gran amor surgirá y los unirá.

Por cuarta vez hubo algo que dejó al chico turulato en su trabajo. Era su tiempo de descanso y estaba dentro del local, pide su barquilla correspondiente y al salir a la parte de postres, observa a una chica pasar delante de él. Esa chica, era su chica, la que un día despertó el amor en su corazón. Como toda comunicación se cortó, no se atreve a saludar, solo la ve pasar; en un momento determinado ella voltea y chocan su mirada el uno hacia el otro, lo que despertó en el chico una sonrisa que tenía tiempo sin aparecer. Ella no le presta mucha atención, regresó su mirada al frente y sigue como si no hubiese pasado nada. Su corazón saltó de gozo al verla y un sentimiento de culpa aparece en su mente. No pasó como en el tercer encuentro, no se abrazan quedando éste bien desilusionado. Al chico le duele mucho eso y se reconforta comiéndose el helado.

Después de ese hecho, el joven le escribe para iniciar una conversación, tratar de acomodar las cosas, escribiéndole bonito, expresando afecto, agradecimientos y diciéndole muchas verdades. Como por ejemplo:
-TÚ, te ves linda en esa foto; entre otras.
Pero no resultó. Eso fue un intento fallido.

Pasado los días el chico recibe esto en la red social:
-Chico, cuando me escribas por aquí trata de escribirme por mi nombre.
Disculpa, no seas tan cariñoso conmigo por este medio-.

El chico después de lo ocurrido, decide por tercera vez nuevamente alejarse, a él no le cabe en la cabeza, el escribirle a su gran amor, de una manera seca, sin sentimientos. Cada vez que el chico tomada su móvil y buscaba el nombre de su chica, éste inmediatamente le salían frases para ella, cosas para dedicarle y otras muestras de cariño y afecto. Quería tenerle rencor por lo que escribió, pero su corazón se lo impedía. Era tanto el valor que tenía en él que terminó por hacer algo; como quien dice: “Inventándose una”. Él deja un estado en su red social; era algo que sólo la chica podía entender. Eso fue como cómo un primer beso, nace de manera espontánea e importa para toda la vida. La chica capta el mensaje y empieza una plática, el chico nunca desperdicio la oportunidad para reunir en esos lapsos de tiempo lo que sentía; el chico había realizado un texto que solo era para ella. Donde narra una experiencia maravillosa: "A TRAVÉS DE ESTE MEDIO". Se recuerdan de ello y la chica pide su texto. El chico le da dos noticias, una buena y una mala, esperando que ella eligiera una; como toda mujer pila dice, que desea las dos. El chico empieza con la buena diciendo que su móvil seguía dañado y que la mala era que todo lo que en el móvil estaba, se había borrado. Incluyendo sus otros textos. Una solución era que debía meter su SD a otro dispositivo Android y así asociarlo a su cuenta y obtener todos los textos, en especial el de su chica. La chica comprende el asunto y solo le dice que cuando lo tenga listo que le avise.

El chico seguía lanzando indirectas, directas al corazón de la chica, lo que producía cierta chispa en los dos. En otra de sus pláticas la chica le habla con la palabra:
- usted-
El chico asimila eso y de una vez le pregunta:
¿Por qué el usted? ¿La confianza se terminó?
Su chica le dice:
-Eso jamás.
Eso alegró al joven ilusionado. La chica le pregunta:
-¿Tú aun confías en mí?
El chico le dice de manera impactante:
-Desde que eres mi musa, te has logrado ganar la confianza y mucho más que eso...                                                      Dejando esos tres suspensivos la chica de una vez continúa la plática preguntando:
-¿Que más me he ganado?
El chico un tanto soberbio, le indica:
-Sólo debes saber lo necesario.
Se dejan cierta inquietud y se piden los números otra vez para regresar a esas viejas andadas que los hacían muy felices. Siguen las conversaciones por el otro medio, se escriben mucho y muchas cosas bonitas, siempre con la picardía que la caracterizaba.

Cómo toda cosa buena debe tener algo malo, al chico después de tener varios días escribiéndose con la chica, se le daña el móvil y queda incomunicado por ese medio. Como estaba full en clases se le dificultaba estar por las otras redes. Al notar que no aparecía por una red, la chica le deja un mensaje al chico diciéndole:
-¿Qué ha pasado con tu móvil?
Él responde:
Se me ha dañado y cargo un móvil que es de mi mama pero con mi chip.
Que sólo y por ahora, podía responder llamadas y mensajes.
-Ella le comenta:
Que lastima que se te haya dañado.
Yo también ando sin móvil, me robaron- 

¿Cosas del destino o simple casualidad? Nadie sabe. A los días, se escriben para verse; los dos acceden a otro encuentro, está vez si planificado. Pero de tanto planificarlo y esperando con ansias ese día, no se dá. La chica el mismo día de tan esperado encuentro le dice al joven que se le presentó un percance. El chico triste le dice que está bien, que será para la otra ocasión.

Después de tantas cosas vividas con la chica, encuentros, decepciones, confusiones y demás; el chico repite otra lejanía. Ya eso se estaba convirtiendo en masoquismo, ese van y viene mensajes, donde se dicen cosas bonitas y al rato se dejan de hablar ya no cuadraba en ese entorno. “O se acomodan o se echan a perder” como dice un dicho. El chico y por cuarta vez decide alejarse. Ya tomada la decisión, ni escribe, no responde, nada de nada. Se perdió la comunicación. La chica disgustada le deja un mensaje al chico:
- ¿Qué es lo que pasa contigo? porque realmente no entiendo que fue lo que nos pasó. El chico solo responde:
- He decidido las cosas de esta manera, quiero alejarme y si es posible no dejar rastro-
 Responde la chica muy dolida por la situación:
-Me lastimas, un día soy tu princesa y después me dices que no te escriba, no entiendo. Ilusionas a uno y de repente Chao -. -
El chico de una manera drástica le dice:
-Ya dije lo que tenía que decir-
Ella reclama una explicación y sin esperar respuesta le dice esto al chico:
-Ya que no quieres explicarlo, será así. No te buscaré más y ni sabrás más de mí-

Como cosa ya predestinada, al cortarse la comunicación, se desaparece todo rastro de lo que un día existió. Esto incluye mensajes, fotos, notas y hasta la amistad en una red social.

Pasado cuatro meses, el chico regresa, ese lapso de tiempo no hizo nada para sentirse feliz; algo le faltaba, ese algo era su chica. Es por ello que desea tan siquiera recuperar la amistad que tuvieron un día; así que el dá el brazo a torcer y empieza enviándole la solicitud de amistad en una red social. Al cabo de estar pasando largo rato en esa red, una notificación de color rojo aparece en el mundo azul; el chico le da click y se emociona con esta frase: *la chica ha aceptado su solicitud de amistad. Escríbele algo en su biografía*.  Inmediatamente revisa el chat, esta ella conectada y le envía esto:
- Cuando de manera improvista acepta la solicitud y el mundo se detiene.
Feliz día-

El tiempo sin saber nada del otro hizo que los chicos afianzaran esas bases de amistad, respeto, cariño y afecto de ambos. Se extrañaban tanto que todo después era TÚ. TÚ por aquí, TÚ por allá. Se actualizaron en sus vidas, se preguntaban cosas de la universidad, que habían hecho en ese tiempo, como les iba en el trabajo, cosas personales, hasta cosas relacionales. En este tema relacional, ambas partes se detienen en un espacio de tiempo prolongado, donde el amor interviene empujando a uno de los chicos. El chico es quien recibe el empujón y dice esto:
-¿Cómo te va en tu relación?
Esto fue para el chico, como estar solo en el paredón, esperando ser acribillado por los soldados en armas.
La chica le dice:
-Muy bien gracias a Dios.
Efectivamente, ese chico fue acribillado y tirado en el mar.
-¿Y a ti como te va?  Dice la chica:
Tan mal se sentía el chico que dijo una mentira:
-Muy bien, ¿te acuerdas de la chica que te hablé un día, con la que me gustaba salir? bueno ella ahora es mi novia.


Termina la conversación en ese momento cada quien ajusticiado por tremendas respuestas; el chico no haya que hacer; es cierto que el joven quería recuperar a toda costa su amistad pero esa respuesta lo hirió cómo una bala a quema ropa. Al asimilar lo sucedido ellos se escriben a los días, no tocan más el tema relacional, solo se actualizan, se saludan, se dicen cosas bonitas y nunca olvidan el TÚ, en las conversaciones. No hay tanta continuidad en los mensajes como antes, pero si se notaba el entusiasmo al hacerlo. De ser un gran amor al comienzo, hoy día se convierte en una gran amistad. Los sentimientos ya se guardaron, cada quien se fue a su sitio, cada quien debe hacer de las tripas corazón como quien dice. Es por ello que este texto es basado en la realidad, de un sentimiento que existió tiempo atrás y que de una u otra manera quedó para la historia. Llenando líneas, frases y párrafos, este relato llega a su fin para así darle un nuevo rumbo a sentimientos futuros.

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