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Combo.

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Aquí les va un desahogo de una situación vivida, un poquito complicada, un poquito conocida, un poquito deseada, un poquito envidiad...
Commentarios enero 04, 2015


Aquí les va un desahogo de una situación vivida, un poquito complicada, un poquito conocida, un poquito deseada, un poquito envidiada; en fin, un COMBO, un poquito de todo. Así como las leyes de los científicos "causa y efecto", por un momento así estuve y me sentía extraño, consciente pero extraño, era un sentimiento nuevo, buscado y encontrado, cumpliendo con la frase que dice: "...El que busca encuentra..."

Tengo muchas interrogantes y conozco varias respuestas, el detalle es que debía por mi propio bien, saberlas todas, sacar el máximo provecho, asumirla, afrontarla y aceptarla. "...Las cosas pasan por algo... ", ¿Pero por qué interfieren otros factores en esa ley de la vida? Pienso que si las cosas son de uno y para uno, así pasen días, meses, años, si es para ti vendrá lo que esperas o lo que necesitas.

Describiendo un poco la situación en la que andaba, sabía que no estaba haciendo bien. Mis motivos no pasan de una hoja en blanco, pero si deja mucho que pensar. Anteriormente realice un texto buscando sincerarme conmigo mismo con la intención de mejorar; pero al ver que suponía que las cosas estaban bien, me deje llevar por la soberbia, el deseo, el placer y mi carácter. Estos factores que no he logrado dominar y sé que me están dañando por dentro, son deudas conmigo mismo que debo de saldar que me servirán para esa mejor vida que quiero llevar. Los antisociales pueden tener sentimientos malos, intenciones malas y actitudes dañinas que afectan a la sociedad que los rodea, pero en particular considero que si hago las cosas mal, me estaría convirtiendo en antisocial; ya que afectaría al entorno que me rodea con los factores que antes describí.

La soberbia, una vieja muy malvada, es como los gusanos dentro de una guayaba que hace daño desde dentro hacia afuera, ésta debería ser la enemiga de todos y la oveja negra que nadie desea tener. Pero que lamentablemente muchos la llevamos a cuesta, nos agrada,  pensamos que nos llena ante las humillaciones, desagravios y nos hace superior a los demás. Muchos con honra la llevamos encima de nuestra cabeza porque nos comemos al mundo,  pensamos que tenemos agarrado a Dios por la chiva, que el mundo es malo y nosotros no.  Que todo lo hago bien y soy el único que si lo sabe hacer bien. Esta vieja malvada la llevo a un lado, encima, detrás, delante de mí, está en todos lados.

Métodos, cura, tratamiento, ayuda especialista, consejos y demás cosas que nos pueden ayudar es casi inútil. Lo único que me ha mantenido quieto, calmado y apaciguado es DIOS. Éste si sabe qué hacer con uno y con los males que llevamos y es al único que debemos recurrir. Pero como a muchos casos incluyendo, la vieja malvada, como toda persona mayor, sabe muy bien de qué manera entrar a tu vida, hacerte sentir bien y hasta "aconseja" a su manera para que siempre le sigas en todo, nos alejamos y nos olvidamos de lo principal...  DIOS.

A mí me ha tocado sentir a Dios muy de cerca cuando estoy en apuros y recurro a él cuando siento que la soberbia casi en su totalidad se ha apoderado de mí. Un día hice algo que ayuda a sentirte cómo se siente la otra persona cuando le haces daño y de verdad quede muy humillado ante la situación vivida. Mi anécdota es basada en un libro: LA CULPA ES DE LA VACA justamente en el tema "Achicando la soberbia" aprendí que soy casi nadie frente del maravilloso y espectacular universo que nos rodea, cuando me desnudé en el patio de mi casa con ínfulas de grandeza, desafiando a todo a mi alrededor y majestuosidad encima de mí, me quedé parado como por 7 minutos y como vi que no pasaba nada, las estrellas, el cielo y hasta el aire no se movían, me sentí como el propio tonto y humillado al ver que nada a mi entorno pasaba, ni producía miedo, ni dañaba mi alrededor. Después me detuve ya vestido y regresando al patio después de gran humillación, medité que hay cosas maravillosas a mí alrededor, que no ganaba nada siendo así y que más bien hacía daño al ser soberbio. Cuando me fije en la maravilla encima de mi pensé que hay un Dios de seguro aun riéndose por la tontería anteriormente hecha. Y pues aprendí a los "golpes" como quien dice a que no debe ser el soberbio. Lo anteriormente escrito pasó hace rato largo, estaba yo joven como quien digo yo. Ahora falta retomar a esa ayuda para regresar y recordar quien soy, al ser humillado por el universo y su alrededor.

No sólo está la vieja malvada en mi vida; también está el deseo y el placer, dos "amigas" que alborotan las ganas. Ése deseo de estar con alguien para sentirme bien, no sólo estoy hablando de una relación sexual, sino que de estar cerca de las personas que me gusta estar. Es un deseo obsesivo de estar muy de cerca de las mujeres. Desde brindarle atención, consentirlas, mimarlas, siendo detallista, indagando lo que les gusta y lo que no, siendo atento, estar pendiente de su salud y bienestar. También logrando meterme un poquito en sus vidas y demás cosas. No lo llamaría lujuria ya que es el deseo posesivo de estar con las mujeres de una manera carnal, pienso que lo mío llega hasta un poquito antes de estar con esa persona carnalmente. No niego que la imaginación está y el deseo también pero mis sentidos y mi razón respetan hasta cierto punto donde es mi límite.

El factor placer es satisfacer mis necesidades a mi conveniencia, sin pensar en los demás, sin importar el daño que podría causar, ni en los pro ni contras de lo que podría producir. Es solo satisfacción y ya. Un mal pensamiento desde varios puntos de vista, pero este factor daña amistades porque te estas aprovechando de ellos, haciendo cosas a tu conveniencia. A nivel sentimental, relacional o Sexual, el placer es cumplir con la necesidad de estar con alguien, bien sea en una cita, salida y hasta en la cama. Diría que buscaba mi satisfacción y no la de la otra persona. Cuantos de nosotros no usamos a nuestras amistades para cumplir una satisfacción y después nos deshacemos de esa ayuda. En lo particular soy partidario de ello, más si tenemos de aliada a la soberbia, que me permite hacer lo que me venga en gana y agrandado mi ego a tal punto de que las amistades son cosas que la usamos cuando se necesitan. También he sido víctima de un placer ajeno, no se crean que yo siempre gano todas, como quien dice: "El que la hace, la paga". Abiertamente les comento, que después de analizar fue que me vine fijando que me utilizaron para una satisfacción y después "Chao Cheo". Pero no entremos en detalle, dejemos que la mente haga el resto.

Aunado a esto, esta mi carácter; fuerte, hecho el duro, inquebrantable, fácil de detectar y no de envidiar. Éste carácter que me lleva hasta donde estoy, que daña a varios y molesta a muchos. Es difícil encajar en un entorno donde le caigas pesado a varias personas, más si en el ámbito de estudios o laboral, pero que se le hace. Mi actitud pasada hacía que la gente tenga cierto miedo y desconfianza en mí, las razones son varias pero dejémoslo en mi carácter. Éste carácter no agradable a varios, es un poquito difícil de explicar, me han comentado que era amargado, aburrido, "un buen hijo de su madre" y demás adjetivos calificativos. El detalle es que solo ven lo malo, sé que siempre será así ya que no soy monedita de oro para agradarle a todo el mundo. Por mi carácter, hasta las aves y nos niños se alejaban. Es increíble darse cuenta de esto después. Por lo duro de corazón al hablar, no podía encajar en ningún lado. Hay momentos en nuestras vidas que nos sentimos solos, aun teniendo gente a tu alrededor. Tú podrías tener a la gente cerca de ti, pero cuando se querían atar lazos de una comunicación, se sentían cortados y preferirían no decir nada. El daño se lo hace uno mismo. Si tu alejas a tu entorno por tener un carácter difícil e intolerable, terminarás más solo que el número uno (1). Aunque tengas encima a la vieja malvada, ella te abandonará porque estará complacida del monstruo que creó.

Ya con la mama y sus tres hijos en mi vida, mi entorno se convirtió en un campo nuevo que se debía explorar. De conocer gente nueva para utilizarlas después, de ser superior, cumplir con mis deseos y satisfacerme a mí mismo era lo que importaba. Una de las razones que me trajo a escribir este texto fue una experiencia que a varios les gustaría tener y que los que han pasado por esto desean que se repita o que jamás vuelva a pasar, como es mi caso. Una experiencia dónde la soberbia estuvo al frente y sus herederas al lado para hacer de mí una persona que irrumpió en una amistad y de ñapa en la relación sentimental que esa persona tenia. Esa marca permanente que no se borrará jamás comienza en una amistad entre amigos, donde el respeto, la comprensión y la comunicación era el Fuerte de sí misma, donde pasar horas hablando, de contarnos cosas y de aprender cosas nuevas era algo que alegraba la tarde. Este personaje que acompaña mi relato tenia novia y para ser sincero, era la primera vez que me pasaba esto, me caía mal, no me llamaba la atención y me producía desconfianza la señorita de quien hablo. Retomando la amistad, les digo que este amigo, me enseñó muchas cosas, es una persona de admirar, Buenos sentimientos, de valores únicos y sobre todo un carácter Fuerte, que metía miedo en varios y era un reto para otros.

Como decimos todos, "...todo iba bien hasta que metí la pata..."  en un momento determinado y teniendo estos males encina, mi comportamiento, actitud y todo lo bueno que tenía, era guardado en la gaveta de los olvidos, trayendo en ese momento más soberbia, más deseo, más placer y un carácter de no envidiar. Cada vez que quería hacer el bien y ayudar al alguien, mi ego y superioridad me indicaba que no; que si una amistad necesitaba de mí, bien sea para un favor o desahogarse, el placer me indicaba que no, diciendo que si lo ayudas podría ser usado y después desechado. Ya todo era yo, el mundo giraba en torno a mí y yo era la prioridad en cualquier ámbito.

La anécdota que relato tuvo cabida en el área laboral, donde en un momento determinado reconocí a la "novia del pana" laborando conmigo. En principio normal, el trato era solo laboral, aunque me caía pesada, solo le daba instrucciones para hacer tareas específicas. Al pasar varias semanas empiezo a presionar a la señorita, con más asignaciones y más ordenes que cualquier persona le podía indicar haciendo pesado el ambiente y quejándose a cada rato por la actitud antes mis superiores. "le bajaba dos"  como quien dice, pero después retomaba mi soberbia y la pulía con ella. Un día se hartó de la situación y me reclamo lo que hacía con ella, pero como empezó temblando, use esa actitud y la hice mía, subiendo mi ego a tal punto que ella grito: - Que era lo que me pasaba y que le dijera la verdad- yo solo le dije en voz baja: - quieres saber la verdad, bueno ahí te va. Me caes mal, te noto como billete de quince y es la primera vez que esto ocurre. Llorando corre y deja el lugar, haciendo que de mi brotara una sonrisa cómo de "lo hiciste bien"; me sentía satisfecho por decirlo. Después de ese incidente, las cosas fueron empeorando, ya mis superiores me amenazaban con hacerme un papel y que le bajará dos al asunto. Que ya está bien, que ya pasó sus tres meses de prueba, que no era justo que siguiera explotándola. Ya eso no importaba hasta el momento que su novio me lo reclamó, hasta ese momento paro la explotación. El trato paso a ser laboral y de emergencia; es decir, podíamos trabajar juntos pero ni señales se pasaban entre nosotros, solo casos en los que se salía de las manos de ambos y ameritaba hablar se hacía y era por segundos.

No parecía yo, todos los valores, mis perspectivas hasta los ánimos se habían transformado para mal y se podía notar a leguas de distancia. Ya después y en un momento determinado analizo en casa lo que estaba haciendo,  decido no hacer más cosas malas y trato de alejarme y quitarme de encima al Combo para así luego mejorar. Un día paso algo interesante y que llamo mi atención; me posicionan para trabajar con ella con cierta amenaza en medio diciendo que me portara bien y dejará las escenas, accedo a ello y laboramos con "normalidad". Yo notaba que se sentía asfixiada y suponía que era por mí, por trabajar con la persona más pesada de la tienda y por hacerla llorar más de una vez. Pero como no le hablaba no me importaba mucho. Ella atiende a un cliente y veo que se estira la chemise como si se sintiese ahogada, me fijo la situación, menos mal fue a tiempo porque si no se hubiese dado tremendo golpe en la cabeza, ya que en ese momento de atención al cliente, ella se aleja un poco de la caja, forzó a su chemise como para romperla y no aguantando la presión, se ruboriza tal punto que se deja caer al suelo, viniéndose en un desmayo. Como pude evite que se golpeara la cabeza, la colocó al suelo y empiezo a soplar con una bandeja para que tomara aire fresco. Llamo inmediatamente a mis superiores y que ellos hagan el resto. Yo cumplí con atenderla y me sorprendí por eso, sabía que estaba haciendo bien. Al día siguiente de lo acontecido me acerco a ella y le digo que como seguía, me miró, me dijo gracias y me dijo que estaba mejor. Eso me alegro. Después, poco a poco las cosas se fueron dando, el trato personal era pesado, pero la comunicación laboral se hacía más ligero. Pasado un tiempo, nos estábamos hablando a tal punto que llegaron los saludos y el respeto a ese ambiente. Ya las cosas iban bien o mejorando como quien dice. Un día, tomamos confianza al hablar de un tema después de las 9:30pm (temas relacionales y de sexualidad) con un grupo pequeño del trabajo y nos reíamos de los comentarios, dejando a nuestras mentes hacer el resto. Así pasaron los días, la comunicación se hacía más amena y las conversaciones más interesantes. Uno de los temas era el tamaño del miembro reproductor de los hombres, que si importaba el tamaño o como se le daba el uso, entre otras cosas. Recuerdo que todo lo siguiente después pasó gracias a mí por proponer y ella de disponer, de abrir sus sentidos y ser curiosa. Hablamos de vagancias y en cuanto al tema, todos nos preguntábamos como él era el tamaño de cada uno y las mujeres se reían, yo dije que si lo querían ver en fotos o de manera presencial, para romper el hielo y meter cizaña en el tema. Como era el más tranquilo, se sorprendieron y no pensaban eso de mí, pero como también soy del montón. Me preguntan: ¿tienes alguna foto? digo que sí, - si lo tengo, ¿quieren pruebas?- (Estaba asustado porque no tenía en ese momento foto alguna. Soy de las personas que presta el móvil a quien lo necesite y por eso soy precavido en no dejar huellas). El tema se cerró con naturalidad esa noche, pero quedó la cizaña en cada uno, especialmente en la "novia del pana" que no dudo en preguntarme a solas si era verdad lo que dije. Le dije que si para no quedar mal y me pidió que si estaba en lo correcto que se la mostrara; viendo el interés y yo mis ganas de saber si en serio lo que decía. Le dije que si estaba interesada que guardará mi número y hablamos por las redes sociales. Así cada quien fue a su casa a descansar, unos a pensar en su día laboral y otros a practicar lo comentado después de las 9:30pm. Estaba tan emocionado por el tema, que de la nada me llega una invitación a una red, acepto y efectivamente era la señorita a quien le había dado el número. Comenzamos una conversación "normal" y después nos fuimos al tema del trabajo, claro que no debí aceptar por ser la compañera sentimental del pana, pero en ese momento no importó. Hablamos de ello y sin mediar palabras y pocos mensajes ya estaba todo listo. Habíamos cuadrado lo que importaba para ese entonces. De la nada, como por arte de magia y como que el destino se ensaño conmigo, apareció una relación dónde los protagonistas éramos ella y yo, donde ella en su papel lo hacía muy bien y yo era el tercero pero no menos importante. Esa relación llego a los extremos dónde se habló y se había acordado una regla mutuamente. No se puede hablar de lo demás, ni entrar en detalles porque terminaría de romper con los valores inculcados. Lo que les puedo asegurar que ya lo hecho, hecho está. La condición primordial cómo toda relación de estas, es la confidencialidad, el que nadie puede saber esto. Por mi parte, cumplí con lo acordado. Pero al tiempo se suscitaron hechos que me hicieron desconfiar de ella. Hubo muchos reproches, comentarios ajenos a los nuestros, pensamientos vanos y hasta reclamos de las amistades que no debían estar por el acuerdo, pero que no le hacíamos caso. Yo reclamé si había hablado de lo nuestro, ella aseguraba que no y yo de igual manera confirmaba. Entonces tome las riendas y empecé a averiguar  porque si los dos decíamos que no, había alguien que sabía. Nos vería en un momento, lo intuía o alguien habló. Por mí no importaba tanto, porque era una raya más para el tigre cómo quien dice, pero No, no hable. Indagando y utilizando mis recursos, logre confirmar que si lo había contado la señorita a una amiga. Ya para que, si ya el daño estaba hecho, los rumores y los comentarios eran tan fuentes que decidimos dejar todo hasta ahí. Podíamos seguir haciendo travesuras pero decidí en un desayuno en la que la invite, romper todo vínculo afectivo. Me había hartado de hacer mal, sé que lo disfrute y no me puedo quejar, pero ya estaba bueno.

Pueden suponer que la soberbia, el deseo y el placer hicieron estragos con mi vida; que mi carácter determinante hizo que esto llegará a mayores y si, es verdad. Soy responsable de mis actos y sé que no debo arrepentirme porque si tuve los pantalones y mensajes para hablar, también los podría tener para seguir adelante.


Fue una experiencia única en su estilo y en especias, que hoy día no quiero hacerlo de nuevo. Tras tener una anécdota como esta, donde perdí una amistad buena, ser el descarado del trabajo, el más nombrado por todos, el hecho el santo, el tranquilito y el que no quiebra un plato, terminó rompiendo la vajilla, el más travieso, el más diablito. Cabe destacar que ya no soy de esa manera, ya retome las riendas de mi vida, desherede al deseo y al placer de mi vida. Solo queda y por ahora la vieja esa (soberbia) que no he logrado quitar. El deseo y placer solo aparece cuando se los indico y para cosas buenas. El que se conoce sabe muy bien de lo que digo, el que se conoce sabe que si desea cambiar lo hace, que si se necesita ayuda, solo debe recurrir a Dios. Esta texto que se hizo relato en un momento determinado, quiere dejarle a ustedes, como lectores que si dejamos que la vieja malvada entre y gobierne nuestra vida, las cosas nos irán mal, se nos presentará cosas que diremos que bien, pero que al tiempo diremos que mal. Que ella no está sola y tiene muchas hijas y muchos hijos (cosas malas), Que tratará de meterlos en tu vida para que así te vaya más mal, que te alejará de Dios y tus buenas intenciones. Ahora me siento más tranquilo y seguro que antes, sé que hay que seguir escarbando mi vida para así mejorar; tú puedes empezar a hacerlo también, decisión tuya será a la final. 

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