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En Una Fecha Especial

En Una Fecha Especial

En Una Fecha Especial

                Aquí les relataré una historia que tuvo comienzo hace ya mucho tiempo y que proviene de dos amigos que el destino unió...
Commentarios agosto 29, 2017

                Aquí les relataré una historia que tuvo comienzo hace ya mucho tiempo y que proviene de dos amigos que el destino unió y que por motivos de fuerza mayor en cierta fecha especial para uno de los dos, le sale un viaje del trabajo que ameritaba su presencia. Dejando a un lado ese motivo, el actor de dicho acontecimiento hace hasta lo imposible para poder asistir al cumpleaños su amiga, regalarle algo único, preciado y semejante a la belleza que poseería la dama en cuestión. Aquí se hace presente la planificación, el apuro, el deseo de cumplir y sobre todo el valor que tiene una palabra para con los amigos. Espero que este relato no sea algo cotidiano o simplemente un relato más. Como todas de mis historias hasta ahora, nada es ficticio, solo es la verdad, arreglada con las palabras exactas y bien pensadas de este sencillo escritor. Ahora sí, disfruten de esta gran historia…

                Estando cerca la fecha del cumpleaños de una hermosa chica llamada Sofía, un amigo llamado Santiago espera hacerle un regalo espectacular, que deje deslumbrados a todos los invitados, especialmente  a su amiga. Muchas cosas piensa, pero nada puede graficar, ni traerlo a la realidad. Pasan los días y ese muchacho nada logra hacer.

                Para conocer a nuestros personajes, tenemos a Sofía, una chica hermosa creada por unos padres excepcionales; no pudientes de dinero, sino de valores, respeto y generosidad. Esta señorita a punto de cumplir quince años, es la preferida de su abuela ya que es su primera nieta y que con ella ha compartido muchos momentos especiales; amada por su madre y padre, es la que posee un cuerpo listo para el disfrute visual de muchos chicos de la cuadra donde vivía; es la que con solo conocerla te enamora con sus palabras y nivel de madurez al hablar con quien sea, en el lugar que sea; preparada para las preguntas inesperadas; Sofía deja sorprendidos a más de uno que se encuentre a su entorno. Entre los estudios de la chica, se encuentra la dedicación , el esmero y las excelentes calificaciones; no solo por la fecha que se avecina, sino que es una de los adjetivos calificativos que hacen de esa bella persona, una chica linda de admirar. Esto es lo poquito que puedo describir de mi principal protagonista.

                En otro orden de ideas tenemos a Santiago; un muchacho dedicado a sus estudios; mayor a su amiga por cinco años; amante del trabajo y hacer las cosas bien; dedicado a la vida en la iglesia y escritor de unos que otros poemas. Formado por padres únicos; de una madre que padece en su interior una enfermedad y un padre que lo acompaña desde lejos en su caminar. Santiago es físicamente una persona que se le nota el ejercicio que realiza los fines de semana; bueno con los amigos y con las cosas del corazón.

                Por otro lado; entre más se acelera el calendario, junto con sus días, Sofía visualiza con ansias el cumplir quince años; ese cumpleaños tan preciado para todas las madres, las abuelas, hermanas y por su puesto para las que poseen catorce años de vida. Es cierto que dejan de ser niñas; tanto en pensamiento como en obras porque maduran o hacen de sus mentes el dejar a un lado las muñecas, las colitas, los peinados extravagantes y las jugadas con el té con un familiar cercano a ellas. Para ellas es hora de pintarse adecuadamente, cumplir con los quehaceres del hogar, ayudar más a los padres, empezar a ver la vida de otro color y de perspectiva; instruirse con el cambio de personalidad y cambios físicos que conlleva en algunos casos, cumplir esta cantidad de años encima. Lo cierto que para Sofía y su familia esta fecha trae consigo grandes responsabilidades, unión entre familiares y preparativos para dar un gran festín por el cumpleaños de la chica más hermosa de esta historia.

                Llegado el día; un tío se encarga de la ambientación, sin saber a ciencia cierta que hacer, se esmera para dejar su huella en el día mas especial de su sobrina. La familia escoge en el mercado las cosas necesarias para el día más esperado; realizan ellos mismos las invitaciones y tratan en lo posible de no perder detalle alguno para que nada se les escape durante la fiesta sorpresa que le iban a preparar. El círculo de amistades hace lo humanamente posible para no hacer que la cumpleañera llegue a la hora de costumbre del liceo, ya que aún le faltaban detalles en el sitio de la fiesta. Pasadas las horas, la cumpleañera llega a su casa, encuentra ambientada todo el porche y lugares de la casa; sorprendida, saca lágrimas y abraza con tanto amor a los familiares que le acompañan dejando caer algunas gotas de lágrimas de sus mejillas. Cuando cesa uno de las más importantes expresiones del ser humano; le dicen a Sofía que la familia, amigos y vecinos le iban a preparar una fiesta en honor a su cumpleaños.

                Alegre por la noticia de la fiesta, ella invita a sus amigos más cercanos para que asistan; sabiendo que la familia se adelantó a ello, ella lo hace personalmente a los amigos de la iglesia. Invita a Pedro y al co-protagonista de esta historia, Santiago. Al escuchar de la boca de su amiga le dice en un tono alto que hoy estaría comprometido con un viaje del trabajo y que por motivos mayores necesitaba ir. La chica no le gusta la idea e insiste que la invitación ya estaba hecha y que si quería ir, fuese a la hora que pudiese, si de verdad quería ir. El otro muchacho que estuvo en todo ese momento le dijo que dejara de ser rudo con su amiga; él insiste que no lo hizo con mala intención, si no que así era él cuando se le presenta una invitación y le choca con cosas del trabajo. Quedando pensativo Santiago y con mucho pesar por las cosas que le dijo a su amiga; este reflexiona y llama a su amiga para disculparse y que en respuesta de su invitación, el aceptaba ir. Sofía se alegra y le exhorta que como haría si estaba de viaje en esa fecha, él dijo: podría llegar tarde, pero que de todas formas, el vería como llegar para acompañar a su gran amiga.  Pasadas las horas cada quien toma su camino, el chico se va para el compromiso y la chica ayuda a preparar todo para la noche de sus sueños.

                Mientras tanto Santiago llegaba al sitio del compromiso, pensaba en que comprarle a su amiga para quedar bien con ella después de semejante desplante y dejar a los invitados petrificados. En esos viajes de trabajo siempre lo llevan a conocer el lugar donde se encontraba, siempre había tiempo para las fotos y conocer lugares que desconocía. Pero como dice el dicho: “…Cuando no el diablo en misa…” ese día todo se complicó, llegaron tarde a la competencia, todos allá se retrasan haciendo que, comenzara y terminara tarde. Es tanto lo tarde que no queda ni tiempo ni espacio para conocer lugares, menos para fotos. Santiago se molesta en su interior y pensaba que sus planes habían caídos como cae una pluma al suelo, poco a poco y en el lugar menos esperado. No derrotado pero si decepcionado, el mismo se anima y pone a su cabeza a trabajar para no llegar con las manos vacías al encuentro de su amiga en su fecha más especial.

                Apurando al autobús en su cabeza, este muchacho amante de la responsabilidad  y el compromiso, se detiene y sale en  una de las paradas que hace dicho vehículo a una estación gasolinera para ver que puede comprarle a la chica de cumpleaños. Observa y observa y nada que se le asemeje a la belleza de Sofía; casi sin ánimos de tanto preguntar, su mirada quedo fija en un pequeño local donde hacían artesanía; se mantuvo un rato y pregunta al señor dueño del negocio lo siguiente: -Disculpe señor buenas noches, ando buscando algo bonito y esencial para una chica linda y especial, tengo mucho rato buscando y nada que consigo algo cercano a lo que le digo. –El señor responde con suave voz: Si no lo has visto en los demás lugares, no creo que aquí puedas ver cosas espectaculares. –Está bien dijo el muchacho y dándoles las gracias se pone en marcha de retorno al autobús. El dueño del negocio terminando de hacer lo que estaba haciendo, piensa en lo consternado del cliente que acaba de pasar por su local. Una fuerte voz sale de su boca y dice: Aquí está lo que ese muchacho andaba buscando. Corre lo más que puede el señor, casi deteniendo al autobús a punta de gritos y ayuda de varios que allí se encontraba, ese vehículo hace pausa en su camino. Todos dentro salen a ver qué ocurre y Santiago se fija que era el señor que le quitó las únicas y poquitas esperanzas que le quedaban para cumplir con su compromiso de amistad. Al estar detenido y viendo a salir a todos del autobús; el adulto le dice al joven al encontrarlo entre la multitud: - Discúlpeme joven el poco desanimo que tenía pero es que hoy no ando como para nadie, ya que es el aniversario de mi esposa quien en vida estuviésemos cumpliendo los cincuenta años de matrimonio; pero al notar el deseo ferviente de hacer un bonito regalo a ese ser tan especial y que sin querer tu requerimiento de hizo rima, me llego a lo más profundo del corazón. Tu retirándote de mi negocio, yo estaba terminando esta bella pulsera que quiero obsequiarte a ti por darme una lección única en lo que me resta de vida. –El joven anonadado por lo que le dice el señor, le contesta: Señor que pudo aprender de mí, si más bien yo fui el que aprendió que las cosas se deben hacer bien y con tiempo, si de verdad quería impresionar a alguien. El adulto le regaña diciendo: No seas terco, señas que te falta mucho por comprender, pero no importa; lo que aprendí de ti, fue que uno por los amigos y personas especiales hace hasta lo imposible para dejarlos sorprendidos cada vez que se pueda. Esta enseñanza me hace a mí entregarte este humilde pero bello presente; ya mi esposa no lo puede recibir, pero tu amiga sí. Así que tómalo y llévaselo. El muchacho mete su mano en los bolsillos para pagar el detalle cuando de la nada este señor le dice deteniendo su mano: Ni se te ocurra sacar nada de ahí, que te quede claro que fue un regalo y un premio por enseñar a este pobre viejo desanimado por la vida.

                Sacando su mano, las extiende al señor dándole un abrazo como si fuesen nieto y abuelo, el joven agradece por el regaño y le promete que no importa la hora, él llegaría para así cumplir con el valor de la amistad. El viejo retorna a su local y el joven a su autobús, ambos pensando en lo acontecido.

                Ya para las once y algo, el joven llega al terminal de destino y toma lo más rápido posible un taxi para que lo lleve a su casa y después cumplir con lo que tenía ya pensado. Llega a su casa, medio cuenta lo que le sucedió a su madre; se cambia lo más rápido y se viste lo más presentable para el sitio que iba; envuelve el detalle y se termina de acomodar la camisa.

                Saliendo de su casa se ve al espejo para ver si algo le faltaba o estaba mal, se da cuenta que todo está como debe ser, emprende camino para que su amiga. Al llegar al sitio adecuado lo primero que observa es una gran multitud en dicho lugar; personas por doquier; sillas en todos lados bien acomodados, invitados bien vestidos, bebidas y comidas por donde se colocase la vista; era sorprendente lo que pudieron hacer para el cumpleaños de Sofía. Dirige su mirada en varios grupos en busca de su amiga y nada que lo consigue; pasa de grupo en grupo y nada. Él asume llegar a la puerta principal y al hacerlo se encuentra con una dulce señora que le recibe con los brazos abiertos, similar al abrazo del viejo del negocio y él. Su abuela era la actriz de ese ese momento. Cuando termina el abrazo esta señora lo regaña por lo tarde que llega; le dice que casi todo había pasado; que se bailó el vals, se repartió el banquete principal y le habían cantado el cumpleaños a su nieta preferida. Casi entristecido Santiago le pregunta a la abuela ¿Dónde está Sofía?, a lo que ella va a contestar observa el muchacho a una hermosa señorita salir de uno de los cuartos de la casa, vestida como princesa y que irradiaba luz en sus ojos. Este joven queda como enamorado y al fijarse su amiga de la mirada del joven; esta lo reconoce y corre en busca de un abrazo y decirle unas palabras. Para Santiago fue como ver de verdad a una princesa, fue como tener antes sus ojos la perla más grande que puede tener una ostra en el mar y ver caer un ángel del cielo. Aun el chico turulato ante tal belleza recibe el abrazo de la chica y ahí es donde reacciona y corresponde con la misma intención. Ese abrazo fue tan largo para ambos que ninguno quería separarse, pero el hico comprendió que él no era dueño de su amiga y que debía soltarla para que siguiera disfrutando de su fiesta. Al cabo de varios minutos se separan y este saca de su bolsillo el hermoso detalle que le tenía preparado. Este joven le dice que no es lo que él esperaba regalar pero que viene con las mismas intenciones que desde el principio quería y que además de eso, estaba acabado de terminar por un señor mayor que le metió mucho esmero y amor para así quedar perfecto.

                Escuchado el origen de su detalle la abuela les interrumpe para que el muchacho comiera y descansara por el largo viaje que había realizado el joven. Sofía  trata en lo posible de estar en cada grupo de la fiesta para así cumplir con cada uno de ellos pero se le hace difícil; Santiago solo la ve pasar de un lado al otro; en otras palabras, del timbo al tambo. Reposando el joven del banquete que le proporcionó la abuela de Sofía; le hacen entrega del libro de dedicatorias que le hacen a los cumpleañeros en su día. Por lo general es un libro creado por algunos de los familiares hechos de papel; con portadas y muchas hojas en su interior para que dentro del mismo le escriban todas las buenas intenciones del invitado para con la quinceañera. Este joven no haya que escribir; por un momento se detiene, cierra los ojos, piensa en su amiga y el lápiz empieza a moverse rápidamente porque consiguió la reacción de su mente para dedicarle unas palabras a Sofía.

                Después que pasa el libro y se hace más de las tres de la mañana muchos invitados empiezan a despedirse de la cumpleañera para retornar a sus casas; en un pestañeo, quedan solo la familia, unos poquitos amigos y Santiago; este último derrotado por su gran día le pide unos minutos a solas a Sofía para pedirle nuevamente y de manera personal disculpas por la respuesta ruda que le dijo ahora; ella encantada por las palabras de su amigo le dice: -No seas tonto, yo sé cómo eres tu cuando te invitan para algo y estas comprometido con el trabajo. El chico le sonríe y le dice: Gracias por entender, pero te prometo que para cada cumpleaños que tu tengas, ahí estaré para ti; te has convertido en una persona especial para mi vida y debo por enseñanza y corazón corresponder al valor de nuestra verdadera amistad. Ambos se abrazan y se despiden, esperando volverse a ver pronto.


                Su amiga después que todos se van, abre todos los regalos, se fija que la mayoría es dinero, ropa y bisutería; dejando el detalle de Santiago de último, lo abre animada, esperando que este sea mejor que el resto de sus regalos. La verdad, al abrir su detalle se percata que es una simple pulsera hecha a mano. Su madre que estaba de espectadora y también ilusionada por saber que es le dice: -¿Te gustó? ¿Tan animada que estabas y ahora lloras? ¿Por qué lloras?  La muchacha trata de sacar palabras para callar a su madre con estas palabras: -Mamá, todos mis amigos y familiares me dieron bonitos obsequios comprados y dados con buena intención; pero este, Sé que tiene algo más que buenas intenciones, está hecho con mucho amor, esmero y dedicación, envuelto con algo más que una bolsa de regalo; está forrado con entrega y tiene un valor incalculable, que es la verdadera, sincera y mejor amistad que he tenido. La madre atónita por la respuesta de su hija, sale de su cuarto reflexionando el valor increíble de una amistad.

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