Ayer paso uno de los sucesos más sorprendentes del ser humano y el día más feliz de mi existencia.
Desde que me levantó tu mami, tuve la intuición que ya venías; con pequeños dolores y fuertes cólicos en el vientre, mi amada me daba las señales de tu nacimiento. Se repasó y se revisó la maleta que semanas atrás teníamos organizado, confirmamos que todo estaba en orden. Procedimos ir al centro de salud para ese encuentro de TU a TU; esa preparación de tu mami, psicológica, física, que acortaba la separación que teníamos tu y yo. Esa separación de piel, de carne, de luz y de espacio que yacía en tus aposentos.
Después de tiempo transcurrido, que para mí fueron vidas, años, semanas, días, los doctores mediadores de Dios te trajeron al mundo. Viste la luz, el sol radiante, el aire rozar tus mejillas, la frescura del ambiente tocar cada partícula de tu cuerpo, los sonidos y el ruido de todo ese exterior, imagino que fueron tus primeras experiencias.
A pesar de ello, sé que dentro te sentías segura y tranquila, bajo esa cubierta de piel y ese cordón umbilical que era el mediador directo entre tu mami y tú. Con toda la fuerza de voluntad te digo y el compromiso que amerita, te aseguro que ahora, no solo de mi amada tendrás esa protección, sino que yo me sumo para redoblar los esfuerzos para cuidarte y amarte como tú te lo mereces. Cuando la enfermera dijo: Familiar de Escalo-na, su beba ya nació, todo bien gracias a Dios, espere aquí para que más tarde la vea, fue para mí un alivio ya que Dios hizo su voluntad en ustedes.
Mi gran amor Saribeth supo multiplicar en infinito, ese amor trayéndote mi princesa. Valió la pena todos esos cambios de humor, salidas a todas horas para cumplir los antojos, ver crecer poco a poco esa pancita, las pataditas y los dolores en la recta final de tu llegada a nuestras vidas.
Tu nombre es EMA VICTORIA
Tú serás, la alegría y bendición para todos los que te conozcan.
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