Que sensación más horrible este sueño que me acaba de
despertar; desperté temblando, sudando y
llorando como un niño chiquito cuando le quitan algo que ha tenido siempre y se
lo arrebatan de las manos.
Esto a mi me pasó esta madrugada y me hace pensar
muchas cosas; mi mente se siente pequeña y mi corazón echo trizas; esto jamás
de esta magnitud me había pasado, no se porque hoy tuve que pasar este mal rato… Pero me ha puesto "piensa que
piensa" por lo acontecido.
Trataré de narrar mi sueño y pido a Dios no
equivocarme, lo escribo ahorita porque
me acaba de pasar y tengo los sentimientos vivos para hacerlo. No tengo hora
específica, y creo que hasta tuve varios
sueños; la verdad no se, lo que si se
que éste me tiene "cabezón" y lo haré con todo el corazón
Estábamos mi madre, mi bisabuelo, mis tíos,
sus esposas y mis primos en el campo donde, justamente mi ñita (como le
digo desde niño a mi madre) y yo pasamos los mejores momentos de descanso y
disfrute. Mi bisabuelo decide meterse a la hacienda para cortar camino y llegar
hasta la casa de mis tíos que se encuentra abajo y decidimos mi ñita y yo
acompañarlo. Mi bisabuelo es muy mayor y
caminaba en bastón, mi madre tan bella
como siempre y caritativa, una virtud de
ella escondida y que muy pocos conocen a fondo porque la esconde tras
groserías, risas, repugnancia y valga el término vulgar "jodedera", y
yo, un chamo que iba al campo a descansar y a no hacer fuerza por motivos de un granuloma formado
por una reacción de mi cuerpo a los antibióticos después de mi
operación. Continuando con el sueño, decidimos bajar y en el trayecto, de lo alto se mueven las ramas muy agitadas y
cada uno se estremece esperando y deduciendo en nuestras mentes el ¿qué
será? Mi bisabuelo dice que es una
culebra y que nos quedáramos quietos para que pasemos desapercibidos; yo la veo
pasar frente a mis ojos, una malvada pero reluciente serpiente verde
amarillento, como una de las del tipo "lora" pero un poquito gruesa,
de cómo un metro aproximado de longitud y que se aleja en su momento de
nosotros; por un momento dije que bien que se vaya, que vaya a joder a otro
lado; pero no se si fui yo quien la llamó con esa mala intención o la rama que
mi ñita estaba pisando que al hacer el mínimo movimiento "chasquea"
lo cierto es que la condenada asustada sube
velozmente a un árbol y desde allí empieza lo que puedo decir ahorita
"mi peor sueño" y desciende de igual manera y logra lanzarse a mi
ñita y la muerde en la espalda, atónito por lo acontecido decido quitarle
rápidamente a la "condenada" que no podía moverse después del morder,
agarro esa culebra y la lanzo a un costado de donde nos encontrábamos; para mi
sorpresa, cuando la lancé fué, que no hice con la fuerza que acostumbro a tener
y logra escabullirse entre las ramas y vuelve a hacer daño a mi querida y linda
madre y esta vez lo hace en el pecho, molesto y con ganas se matar a ese animal
vuelvo a agarrarla y la lanzó al otro costado y pasa lo mismo que lo
anterior, no me sale con fuerza
suficiente y hace lo mismo, esta vez y por último muerde a mi ñita en el cuello
y cae al piso y de ahí no me acuerdo que pasó con mi bisabuelo, solo me importaba en ese momento mi madre y
lo que le estaba pasando. Decido con mis apellidos revueltos agarrar a la
culebra y la lanzo con todo lo que tenía de fuerza y por fin la mando muy lejos
del lugar donde estábamos. De ahí
asustado y llorando cargo a mi madre y bajo corriendo para que mis tíos, ellos asustados corren a ver lo acontecido y
me auxilian, yo en ningún momento suelto
a mi ñita; mi tío saca la camioneta y la monto para ir "a lo que da el
acelerador" al hospital que se
encuentra cerro abajo y a una hora aproximada del sitio. Cuando llegamos, corro
con mi ñita en mis brazos a buscar a un médico que la atendiera rápido y digo
"... Un médico por favor para mi madre que le acaba de morder una
culebra... ", "... oigan es con ustedes... ", "... Aló Aló
un médico por favor..." , "...
es mi madre la que se está muriendo..."; un alma de buen corazón recibe a
mi madre y la llevó a no se para donde, lo cierto es que me dijo que todo iba a
estar bien y que tuviera paciencia y que confiara en Dios. Uno en esos momentos
con la cabeza caliente, exaltado, asustado, llorando lo que menos piensa es en
Dios ; yo, a los pocos minutos reacciono y digo "el doctor sabe lo que
hace, me calmare y pediré a mi Dios que
me la salve"; desde donde estoy imploro,
pido y hasta le exijo a la majestuosidad de lo alto que le de sabiduría
a los doctores y que la Virgencita cubra con su manto a mi madre y que la acoja
mientras le hacen lo que deban hacerle para salvarla.
Mis tíos, mis
primos y demás familiares llegan hasta el hospital al rato de lo acontecido y
me brindan su apoyo y nos llevan comida y hacemos turno para cuidar a mi madre
mientras nos bañamos, comíamos y lográbamos
despejar un poco la mente. Mi cabeza vuelta un "8" no descansa y se
pone a "maquinar" muchas cosas, entre ellas buenas y malas de la
situación y con los sentimientos que
guardaba por lo que había pasado.
Cuando decido medio comer y lavarme la cara tan
siquiera, un primo me dice que mi mamá
no despierta y que la tienen en un cuarto;
logro ver a mi hermano llegando de la nada y me dice que lo acompañe
afuera que iba a comprar algo, no se
quien le dijo lo que pasó, yo no fui porque mi mente estaba dónde estaba mi
ñita, lo bueno, es que me alegró verlo;
lo acompaño y observo que compra maní y me dice que eso es algo para mi madre
que no podía resistir, olfatearlo , comerlo y desconcharlo era una de las cosas
que más le gusta. Al acercarnos al cuarto
veo a mi madre quietecita, acostada y con las mordidas un poquito moradas,
lloro y se me viene a la mente tantas cosas que mi madre me ha hecho en esos
momentos difíciles y que no perdía tiempo haciendo esto, haciendo aquello para
curarme o simplemente, hacerme sentir mejor y yo con la impotencia de no saber
que hacer o decir, observo que mi
hermano saca y abre la bolsa de maní y escucho una repugnancia que me alegro la
vida, el momento e hizo que el sueño valiera
la pena, escucho "... Quita eso de
mí que no puedo comerlo porque me duele el cuello...”; hago un gesto de
agradecimiento a Dios, a mi hermano y un
alivio a mi mismo por escuchar esas palabras no tan agradables para muchos,
pero en ese momento para mi si lo era. Me colocó en la parte inferior de la
cama y acurrucado en llanto pero esta vez de alegría le acaricio los pies a mi
madre pasando por el pulgar del pie hasta el meñique; ese dedo chiquito y feo que tiene y que ella
misma dice que es feo.
Al cabo de varios minutos concentrado en lo mío, mi
ñita pregunta ¿quien me trajo para acá? ¿Que si fue en camioneta o en
carro? La verdad no entendí muy bien porque preguntaba eso,
entonces un tío dice que el la había traído de su casa hasta el hospital en
camión pero que los méritos eran para mi porque yo la cargue desde la hacienda
hasta abajo a su casa; me percato que fue un gesto no tan agradable de mi ñita
y hasta un cierto disgusto noto en su mirada que sin mediar palabras me dice
"porque coño la cargue, que no puedo hacer fuerza, que me va a hacer daño
el haberme cargado, etc. "; esas
palabras eran música y alivio para mis oídos; escuchar a mi madre, discutir y
regañarme porque hice fuerza, me hizo sentir tan bien que corrí a abrazarla y a
besarla porque sabía que ya lo peor había pasado, que se mejoraría muy pronto;
también el doctor me lo confirma cuando estoy en el regazo de mi madre dándole
besos y abrazos.
Algo así fue lo que pasó en mi sueño; cuando logró
despertar, con los ojos llenos de lágrimas,
agitado y sudado, abro mis ojos y la tengo a un lado, que alegría pensar
que sólo era un sueño; la abrazo fuertemente y escucha el "jipeo" que
sale después que uno llora y se despierta y me pregunta que ¿que pasó? ¿Que si
tengo calor, que si prendo el aire, que
porque estoy agitado? ¿Que porque estoy así? Le respondo de la manera que puedo
y le susurro que había soñado algo muy feo; me pregunta que fue y sigo diciendo
que era muy feo y que menos mal era sueño, insistente me dice que ¿que fué? y
le digo que había soñado que le había mordido una culebra y la abrazo más
fuerte recostado en su pecho. Me calma como ella muy bien sabe hacer y espera
que poco a poco agarre el sueño otra vez y que olvidara el sueño que tuve.
Antes de no saber lo que pasó después escucho un jipeo suave pero profundo, me
junto más a su regazo y después me dejo vencer por el sueño confiando en que
nada jamás paso, que la tengo viva y que me cuida y protege mientras descanso.
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